martes, 15 de diciembre de 2009

Camino a Monterrey XXXIII ( capitulos nuevos)

Por fin llegamos, dijo la adolescente que me seguía mirando con inconformidad.

Las gallinas salían volando a medida que llegaba la camioneta, unos perros también salieron a nuestros encuentros, pero movían la cola, conocían bien el coche de su amo.

La camioneta dio un giro cerrado y entro en un galpón, otros hombres campesinos cerraban detrás de la camioneta con una cerca de madera, no parecía una cochera, mas bien un establo jeje era un establo, improvisado para una cochera.
El niño fue el primero en saltar del coche, ya se había olvidado de mi presencia, luego la madre se bajo con dificultad, ya que sus faldas y enaguas eran tantas, que tuvieron que abrir toda la puerta de la camioneta ayudado por otra mujer mas joven que venia a saludarla, logro bajar, iba a salir yo, pero la niña, me dio un empujón y salio también tirando de su mochila, se notaba que ella estaba molesta con mi presencia, pero a los demás les parecía no importarles. Por fin logre bajar, mis piernas entumecidas, por el viaje, habríamos demorado algo de 2 horas en subir, aquí si hacia un frío que hacia crujir los huesos, entonces me alegre de haber traído mi casaca impermeable.

_Siga por aquí señorita, el patrón la esta esperando.
Me decía la misma mujer que nos salio al encuentro

Le sonreí y le pregunte:
_disculpe señora, podría prestarme su baño, estoy que ya me hago pis.
_si señorita sígame que la llevo yo.

La casa se veía muy bien arreglada, no me imagina que se pudiera vivir así en una zona tan inaccesible, pero esta casa tenia al parecer los servicios básicos, voltea ver y ya no vi. Mas, a mis acompañantes se habían entrado ya a la casa por otros caminos, quizás yo no podría entrar ahí, pero llegaba hasta mi olfato un riquísimo aroma a café recién pasado y cancha tostada, que rico me dije para mi misma.

Cruzamos un patio, unos árboles y al fondo de todo me había llevado a un baño, parecía que era el de los empleados, no estaba dentro de la casa. En fin no importaba, por que lo que realmente interesaba es que haga pis, jejejej

Cuando me metí al lavado, era rustico, pero al menos tenia papel higiénico una toalla y agua en unos cilindros agua sumamente helada. Un balde para echar agua al Waters, un espejo algo ya gastado del tiempo.

Saque mi cámara la llevaría a hora, colgado de mi cuello, quería al menos poder tomar algunas fotos sin tener que enfocarla, la deje ya lista para fotografiar.
Quería lavarme la manos, pero eso fue un error, el agua estaba totalmente helada, me entumeció lo dedos.
Cuando Salí, la señora ya no se encontraba, regrese por el mismo camino que me había llevado, y aproveche para tomar algunas fotos al hermoso paisaje que se veía desde aquella finca en la cima de Huaraz. Se veían las casitas y el camino muy pequeñito.

Bueno ya no quería hacerme esperar más, apresure el paso, para ver si alcanzaba a la mujer, o me estaría esperando por ahí.

Llegue hasta la puerta que se encontraba a medio cerrar, toque, y una voz gruesa me respondió

_pase usted.
_buenos días Sr., quería usted verme.
_si, señorita siéntese por favor.

Era un recibidor, no había nada elegante pero todo estaba muy limpiecito, retire la silla y acomode mi mochila, me senté frente aquel hombre, bajito de estatura, de piel blanca, con una nariz graciosilla, pero se veía que tenia mucho carácter, llevaba puesto una casaca de cuero y dentro una chompa de alpaca.

_como sabrá señorita, ha habido un atentado, contra unos turistas, quiero saber que sabe usted de eso.

La pregunta me parecía incomoda y fuera de lugar, hacerme subir hasta su casa solo, para que le de detalles de lo que estaba pasando en la ciudad de Huaraz.